¿Estás interesado en poner en práctica una estrategia de inversión a largo plazo? Lo cierto es que existen muchos métodos entre los que decantarse. Te lo explico todo en este post para que puedas encontrar buenas oportunidades de inversión y obtener las máximas rentabilidades posibles.
Inversión a largo plazo, ¿en qué consiste?
Una inversión a largo plazo es aquella que se mantiene durante un periodo de tiempo prolongado, generalmente durante varios años o incluso décadas. El objetivo no es otro que generar rendimientos significativos a lo largo del tiempo, en lugar de obtener ganancias rápidas y en espacios temporales breves.
Los inversores pueden optar por esta estrategia por múltiples razones. Por ejemplo, tal vez quieran planificar de manera eficiente su jubilación o simplemente deseen ampliar su capital sin afrontar demasiados riesgos.
Características de las inversiones a largo plazo
Si te planteas seguir una estrategia de inversión a largo plazo, hay aspectos que no debes pasar por alto.
- Diversificación. El inversor no puede permitirse enfrentar un nivel de riesgo elevado a lo largo de un periodo tan extenso, ya que las posibilidades de que se materialice aumentan significativamente. Para ello, una estrategia efectiva es diversificar la inversión al combinarla con otras, creando así una cartera global.
- Baja volatilidad. En el contexto de las inversiones a corto plazo, puede ser interesante adquirir activos muy volátiles, ya que los beneficios, en su mayoría, dependen de su revalorización en el mercado. Sin embargo, no ocurre lo mismo en las inversiones a largo plazo, donde se debe apostar por opciones sólidas y estables en el tiempo.
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Ejemplos de inversiones a largo plazo
Ahora que ya sabes qué es una inversión a largo plazo, veamos dos ejemplos concretos:
- Fondos indexados. Por lo general, el mercado de valores ha demostrado ser una opción atractiva para aquellos que desean invertir a largo plazo, ya que tiende a experimentar un crecimiento sostenido con el paso del tiempo. De hecho, según datos de Indexa Capital¹, en los últimos 15 años, (2006-2020) los fondos de gestión indexada han entregado un rendimiento entre dos y cinco veces superior al logrado por los fondos activos. Ahora bien, conviene recordar que no todas las acciones comparten el mismo rendimiento potencial, y la selección cuidadosa de inversiones es esencial en este contexto.
- Fondos cotizados en bolsa. Los ETF o fondos cotizados en bolsa también son una excelente estrategia de inversión a largo plazo. Además, ofrecen múltiples ventajas, desde una buena diversificación a elevada liquidez y unos costes reducidos, entre otros.
Estrategias de inversión a largo plazo
Existen múltiples métodos y técnicas que te permitirán seguir una buena estrategia de inversión a largo plazo. ¿Quieres saber cuáles? Aquí tienes cinco de las más relevantes, algunas de ellas popularizadas por grandes inversores como Warren Buffett.
Inversión en dividendos
Este método se orienta a invertir en compañías que suelen repartir una porción de sus ganancias entre sus accionistas con el fin de generar ingresos pasivos. Para ello, se puede invertir en fondos y ETF o apostar por la compra directa de acciones con dividendo.
Por lo general, se buscan empresas que tienen un historial de distribución de dividendos a lo largo de varios años. En el mercado estadounidense hay múltiples ejemplos de ello, como McDonald’s y PepsiCo, que, además, han aumentado regularmente sus dividendos durante las últimas dos décadas.
Lo cierto es que se trata de una técnica especialmente atractiva, flexible y rentable para todos aquellos que deseen vivir de rentas. De hecho, según datos del BME², los pagos directos a los accionistas en la Bolsa española experimentaron un aumento del 26,9% en 2022 en comparación con las cifras registradas en el año anterior. Así, las empresas repartieron un total de 25 973 millones de euros.
Inversión value
Como sabes, Warren Buffett es uno de los grandes defensores de las inversiones a largo plazo. Así, evita el cortoplacismo, centrándose en compañías que proporcionen buenas perspectivas a futuro. Además, fue quien popularizó esta estrategia, que aprendió de Benjamin Graham, considerado como uno de los grandes maestros de la inversión del siglo XXI y padre del value investing.
Su funcionamiento es sencillo. Se basa en la premisa de adquirir activos con un precio de mercado inferior a su valor intrínseco, lo que se conoce como “margen de seguridad”. Para ponerlo en práctica, puedes seguir las siguientes recomendaciones:
- Realizar un análisis fundamental de las compañías en las que puede ser interesante invertir. Por lo general, se trata de pequeñas o medianas empresas con un nivel de endeudamiento reducido, diversas ventajas competitivas y un gran potencial de crecimiento.
- Tras la evaluación, obtener el valor objetivo de la compañía. De esta manera, podrás contrastarlo con su precio de cotización, imprescindible para saber si es una buena oportunidad de inversión. Si ofrece un descuento por encima del 25%, estarás ante una auténtica ganga.
- Escoger el fondo de inversión de renta variable adecuado. Una vez examinados todos los datos, es el momento de elegir la opción idónea.
En líneas generales, te puedes encontrar con dos tipos de acciones:
- Acciones sobrevaloradas. Se refieren a empresas cuyas cotizaciones en el mercado superan su valor intrínseco. Estas acciones se consideran costosas y no se recomienda su adquisición.
- Acciones infravaloradas. Son compañías que cotizan en el mercado por debajo de su valor intrínseco, lo que significa que se consideran asequibles y podrían ser una elección inteligente para la compra.
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Estrategia growth
La estrategia de crecimiento, conocida también como estrategia growth, se centra en invertir en empresas que actualmente están experimentando un crecimiento en sus ingresos y ganancias que supera el promedio del mercado, y se espera que continúen con esta tendencia en el futuro.
Para ello, será necesario realizar un análisis cualitativo y de factores adecuado, en el que se tengan en cuenta aspectos como la cuota de mercado de la empresa, su importancia dentro del sector en el que desarrolla la actividad o las posibilidades de expansión en su mercado potencial.
Su máximo representante fue Philip Fisher, inversor estadounidense de gran renombre y pionero de la técnica growth. Por supuesto, uno de sus principales seguidores es Buffett, ya que ambos defienden las inversiones a largo plazo. De hecho, se sabe que Fisher compró participaciones de Motorola en 1955 (todavía era fabricante de radios) y las mantuvo hasta el momento en el que falleció.
En definitiva, mientras el value investing tiene como objetivo generar rendimientos mediante la adquisición de acciones de compañías infravaloradas (por debajo de su valor intrínseco) con perspectivas de revalorización en un futuro, la técnica growth se enfoca en obtener ganancias a través de la compra de acciones de empresas que se encuentran en una fase de expansión y que cuentan con potencial para mantener su crecimiento a largo plazo.
Estrategia momentum
La estrategia de inversión por momentum se basa en la idea de comprar activos que han mostrado un fuerte rendimiento en los meses anteriores y venderlos si se anticipa una tendencia a la baja. Así, el objetivo de este método es aprovechar la dinámica de los activos.
En este sentido, los inversores deben examinar estas tendencias utilizando herramientas de análisis técnico, ya que les permitirá identificar patrones específicos y prever cómo podría evolucionar el valor en el futuro, basándose en su historial de precios.
Dado que la naturaleza del momentum es transitoria y no perdura indefinidamente, es esencial realizar un análisis continuo. Esto implica verificar si la cartera de activos todavía mantiene su impulso original y, al mismo tiempo, considerar si existen oportunidades alternativas con un mejor rendimiento en ese momento.
Existen algunos factores que pueden complicar la aplicación de esta estrategia de inversión a largo plazo, tales como una elevada volatilidad, ya que hará que sea más difícil calcular la tendencia. Además, es fundamental considerar los gastos asociados a las transacciones: si se llevan a cabo cambios frecuentes en los activos, las comisiones, impuestos y tasas pueden reducir significativamente el rendimiento potencial de las operaciones.
Inversión en materias primas
¿Otra estrategia de inversión a largo plazo? Adquirir materias primas o commodities, es decir, activos como el oro, la plata, el cobre y otros metales y productos básicos.
Por ejemplo, es posible invertir en una empresa vinculada al sector del petróleo o incluso una compañía minera que se dedique a la extracción de oro o cobre, ya sea comprando acciones en estos negocios o participando en el mercado de futuros de materias primas.
Una estrategia adicional consiste en invertir en índices que reflejen el rendimiento de una cartera específica de materias primas a través de fondos cotizados. Incluso cuando los precios estén disminuyendo, las perspectivas a largo plazo pueden presentar una proyección alcista por diversas razones.
Estrategia de inversión a largo plazo, conclusiones finales
Como has podido comprobar, existen diferentes métodos que te permitirán desarrollar planes de inversión a largo plazo: value investing, inversión por momentum, estrategia growth… En función de tus intereses o de tus objetivos, deberás decantarte por una u otra.
Si quieres seguir aprendiendo sobre técnicas de inversión, no te pierdas el resto de artículos que publico en el blog.
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